Este espacio se volverá cada vez más personal! .....aBi

lunes, 8 de noviembre de 2010

El nosotros.

En Lima, como en toda ciudad, hay territorios públicos que se convierten en el centro espontáneo de las celebraciones colectivas. Cada época crea zonas urbanas que operan como válvulas por las que se libera y se expresa la tensión. puntos naturales de reunión, centros de impulsos tribales que forman la circunstancial vitrina nocturna de una época. De aquellos lugares ella eligió uno como favorito, un mundo propio lleno de arte, música y poesía (ella es poesía).

En ese lugar ella olvidó sus dilemas y temores del momento, si se entregó al abrazo de una multitud de sonidos y colores y no era ella misma,eramos los dos. Sosteníamos un presente que negó la conciencia del pasado y la incertidumbre del futuro. El sonido del rock, la luz intermitente y el ambiente general de dispersión conformaba un oasis de un antídoto parcial contra la irritación y el miedo de acompañarnos.

pedimos cerveza mientras la gente llenaba el lugar, el lugar comenzó a moverse al ritmo. La pequeña intermitente multitud se movía como una sola masa. Era un cuerpo largo y alto, unas cabezas asomando sobre otras, destellos de fucsias, los verde los rojos dispersos de los trajes y tu a mi izquierda con tu cabello distorsionado por los reflejos. Di el segundo sorbo del séptimo vaso de la decimoquinta canción su cabello cortando su rostro y mis labios siguiendo ligeramente su voz. me cogió de la mano, pusé mi vaso sobre la mesa y nos adentramos por primera vez en el escenario inconmensurable de la pista hasta sumergirnos en un vapor de luces.

Sentí en mi cuerpo su cintura mientras su mano se posaba en mi hombro. la oscuridad se cargaba de emanaciones de humo lento multicolor, el océano de cuerpos sucesivo.

me plegué a ti y tu te acomodaste con naturalidad hacia mi en un roce ceñido, una gran eterna caricia por todo el cuerpo. el temblor en mis labios.. en mis rodillas.

cuando una pausa reemplazó brevemente la música, una franja de luz amarilla bajo las nubes del techo aclaraban su rostro, paraece la ilusion de un territorio nuevo que comenzé a conocer y enamorar paulatinamete. el piano iba colocando todas las notas de esa nostalgia y de pronto dejamos de cantar y me atrevo, y se atreve apenas por un instante a dejar una carica en mis labios en mi cuerpo de al lado, en el cuerpo a mi lado.

Quiero pensar en una noche eterna donde las luces y el sonido nos inunden, donde exista el plural en primera persona (el nosotros) donde su brazo anude mi codo temporalmente y en lo eterno y en la unidad de ese... nosotros.