Este espacio se volverá cada vez más personal! .....aBi

viernes, 24 de julio de 2009

colibries! ..

Suelo recordar fragmentos de mis sueños.
Intento relatarlas a poco de despertar.
Incluso ya de desde niño, tengo la extraña certeza, o la contundente intuición, de que tienen una estrecha relación con los dejavous .. si deja vous y no dejavus.
A ver, quiero decir, que en ocasiones he sentido que los deja vous no son momentos ya vividos o todas esas explicaciones neuronale o místicas. Simplemente creo que esos segundos recortados, son una pieza de puzzle, sinuosa, única; que de pronto encaja -de manera precisa y vaga- con una imágen onírica pasada. No es un simple "esto lo soñé", pero casi.
Más que premoniciones, subliminales Memotest (mnemotest) que juega el cerebro, dejándonos a nosotros, que somos el cerebro, fuera de juego, mental off side.
Como a todo órgano, al cerebro no le importa la verdad, la moral ni lo que creemos amor, sino la supervivencia suya primero, de la especie después. Santa Clauss, el fútbol y demás ajedreces, facebook, las peleas de pareja, dios y su mamá virgen, buda sentado esperando reencarnar para sentarse, el arte; son pasatiempos necesarios, cosas que hace Mr Brain para defenderse y para dar otra versión a su existencia (otra versión = diversion).
La versión original, sin subtítulos, en cerrado arameo; es que un día un cáncer, un coche que derrapa y tú dentro o fuera o debajo, un Airbus y esos controladores que deberíamos cambiar, un insecto ecuatoriano, ese alemán celoso, aquella jeringa usada, ese condón que no usamos, con suerte un resfrío a lo noventa y tantos... La versión original dice que un día no tiene mañana, que te mueres y se acabó, que no hay un Portero Bueno al final de ninguna escalera nublada.
Al menos en eso creo yo, y mi creencia es tan respetable y tiene tanto fundamento, como la de quien no come cerdo los jueves, o quien come y bebe cuerpo y sangres santificados en cualquier franquicia global.
Ese condón que no usamos...
Efecto colibrí. De eso se trata, anoche he soñado con un colibrí, venía, se acercaba a nosotros -ignoro quiénes completaban el nosotros- con algo calzado en su pico, un condón blanco y excesivamente grueso. Yo intentaba ayudarlo, se dejaba coger pero con una mínima resistencia que incomodaba la ayuda. Desperté después de un par de intentos fallidos.
Colibríes. Vuelos. Condones. Sueños.
Te lo quería contar.